LORETTE LOVECRAFT


CTHYLLA, GODDESS, GREAT OLD ONES

ORIGINAL CHARACTER BY SATANLY

About

Nombre: Remy Lorette Lovecraft
Trastorno: Psicosis / Talasofobia
Edad: 23
Historia:
Hija de Annette Aubriot y August Lovecraft. Remy nació en una provincia de Francia en el año 1956. Para ese entonces, en un momento en el que tras la Segunda Guerra Mundial y la llegada de la Guerra Fría, el mundo se repartía entre Estados Unidos y la Unión Soviética, dejando totalmente al margen al resto de países. Anne y August llevaban una vida bastante simple aunque con la muerte de su padre, H. P Lovecraft, a muy temprana edad, el ser padre le trajo traumas que pensaba estaban bastante enterrados. La muerte de su madre Sonia fue uno de los desastres que catapultaron la vida de August; mas con la llegada de Annette, todo pareció ser mas simple.
Por desgracia, eso iba a durar muy poco pues los primeros años de Remy fueron bastante turbios. Durante sus tres años, la niña sufría terrores nocturnos, Ann los confundía con simples pesadillas aunque August temía que fuera algo mas. “Las pesadillas” de Remy duraron un poco mas de tres años, esas pesadillas las describía tan minuciosamente que sus padres se asqueaban y horrorizaban de ellas y para ayudarle un poco a mitigar esas imágenes, los padres viajaban una larga temporada a Estados Unidos, donde la poca familia y amigos que HP Lovecraft tenia y conocía a su hijo, siempre los recibía con los brazos abiertos.
Ahí era donde Remy escuchaba sobre las historias de su abuelo, su vida y sus conflictos, sus fracasos y hasta sus penas. Su amor por Sonia y hasta su desamor. El que Howard reconociera a su hijo August cómo legitimo, no fue problema para nadie pues confiaba en Sonia aun y cuando el divorcio fue inminente.
Remy creció con aquellas historias de horror cósmico en su mente y mas que en su mente, en sus propios sueños y pesadillas. Aun cuando los terrores nocturnos habían desaparecido, o al menos eso era lo que la pequeña de 10 años les había hecho creer a los padres, August cuidaba y sobreprotegía a la niña.
Eso no cambió ni siquiera con la muerte de Annette.
Era un diciembre de 1966, cuando Annette estaba en cama. Había pasado 6 meses en cama con una extraña enfermedad que la hacia alucinar, la fiebre era la peor y los intensos dolores de cabeza eran los que la hacia desmayar por horas y algunas veces hasta días enteros. August sufría al ver de ese modo a la mujer que mas amaba y Remy se la pasaba horas llorando en su cuarto hasta quedar completamente dormida.
Era víspera de año nuevo cuando Annette dejó el mundo en un grito desgarrador, las palabras emitían un sonido ininteligible que hubieran podido escucharse en todo aquel vecindario donde el aire calaba en los huesos y se colaba hasta en cada casa haciendo que el calor se apagara y la nebulosa niebla fuera lo único que en sus hogares existiera. Aquel día fue tan oscuro y siniestro que Remy no pudo ver el cuerpo inerte de su madre y los tres días siguientes, mantuvo sus ojos cerrados para no ver el horror de la realidad. Sus pesadillas eran mejor que cualquier otra cosa. Mejor que ver el frío cuerpo de su madre, el cuerpo azulado que no tenia vida, un cuerpo que probablemente iba a estar en sus sueños y eso, eso era lo que Remy quería evitar.Cinco años mas tarde, el hogar sepulcral parecía que había terminado con la vida de todos. August parecía que el alcohol le ayudaba a mantenerse de pie, en lugar de hacer lo contrario. Remy, sin embargo, prefirió seguir el camino de su abuelo y para la edad de 15 años ya había formado un par de historias, aunque su mayor orgullo era uno donde su madre era una entidad demoníaca, amarga, babosa y con una voz gutural que solamente ella podía imaginar o describir. Pero eso, fue un secreto que guardo a su padre por el miedo a que este lo alejara mas de sus raíces.
Para ese entonces, ambos se mudaron Queestown, Nueva Zelanda. Donde estudió literatura y lenguas. Ahí parecía estar todo en calma, la isla tenia un ambiente bastante calmado y estaban bastante alejados de todo lo que el “mundo real” podía quitarles. Según su padre, estaban en el vientre de la maldad.
Remy observaba la inmensidad de los lagos y eso era algo que la ponía bastante nerviosa, un nerviosismo que la tenia incomoda, la hacia sentirse observaba y mas que eso, hacía que el miedo fuera irracional. No entendía cómo es que sus historias hablaran sobre el mar o cómo es que pintaba enormes cuadros sobre el mismo y no podía verlo o si quiera pensar en estar a la orilla de este. Tanto era el terror, que le hacía imaginarse las peores cosas que alguien con una mente sana podía soltar. No había ser en el mundo que entendiera el miedo de la chica y aquellas terroríficas cosas que se alzaban sobre su mente. El tumulto de gente le hacía sentirse pequeña, le producía una desesperación que la obligaba a rascar su piel hasta que sentía el ardor del sudor correr por sus brazos y era ahí cuando podía sentir la realidad de nuevo.
August abandono a su hija. Remy tan solo tenía 23 años pero estaba tan enfrascada en sus estudios, historias, pesadillas y sueños, en sus terrores nocturnos y sus fobias inexplicables que la poca importancia que le dio desapareció con todo el tumulto de cosas que se le juntaban.
Para esos años, el tener una enfermedad mental era muy mal vista. Remy tuvo que mantener su poca cordura en la penumbra de su hogar, en los cuartos vacíos y la soledad que sus padres habían dejado. No había con quien compartir sus logros académicos, sus hazañas en el mundo real, sus historias que tal vez podían gustar a miles de personas. Era tan irónico saber que al final iba a morir justo cómo sus padres, sus abuelos y su bisabuelo. Era cómo una maldición que cada Lovecraft cargaba. Algunas veces maldecia el tener aquel nombre pues lo asociaba con la pérdida, la desgracia, la muerte y crueldad, la enfermedad y la poca cordura que le quedaba.
Pero aun así, en toda esa perdida, Remy mantenía una sola cosa. Su gusto por el té al atardecer, leyendo un libro mientras a la lejanía aquel enorme bloque de agua que parecía no tener fin, tan oscuro y hermoso pero que a la vez despertaba un terror frío en la fémina. El agua no era su miedo si no lo desconocido que podía esconder en lo profundo y el no saber que en aquel bloque de oscuridad podía estar lo que en sus sueños se alzaban sin ninguna delicadeza.
Para la edad de 25 años, Remy no podía soportar la soledad y abandono de todo lo que ella conocía. Era la ultima de aquel apellido que no emitía nada bueno pero que algunas veces lo portaba con orgullo; simplemente era confuso tener tanta vida pero sentirse que esta por terminar y que la locura se carcomía su mente putrefacta.
Era tanto el sufrir, el dolor y el daño de cada alucinación en cada una de las esquinas de aquella casa oscura que simplemente se quebró y sin mas, Remy desapareció llevándose su legado a otro lugar donde tal vez seria peor que todo lo que había vivido.
Extra:
• Habla 7 idiomas, incluyendo el que su abuelo invento: Español, Ingles, Maorí, Vietnamita, Frances , Euskera y Aklo ( Lovecraftiano).
• Siguió las costumbres de sus padres y la educación, por lo que es muy portada, elegante y su léxico es bastante pulcro, selecto y refinado. Es muy cortes, atenta y bastante correcta.
• Los síntomas de la Psicosis son bastante normales para ella, pues desde muy pequeña dio signos de que lo estaba desarrollando pero al ser su padre de la misma forma, la atención que prestaban era nula.
• August ( padre de Remy) creía que su padre tenia una enfermedad mental cómo Esquizofrenia y temía que Remy tuviera lo mismo, pero jamás se dio cuenta que ambos tenían Psicosis y la obsesión por todo ese ambiente fue lo que llevo a August a la muerte y no el alcohol, cómo Remy piensa.
• Aun no entiende su fobia, pero esta segura que no es miedo al agua, si no a lo descocido y enorme que puede habitar en ella.
• Jamás admiró a su madre, de hecho parecía no tener amor hacía ella.
• Su abuelo fue una obsesión en su infancia.
• Cthulhu fue uno de sus personajes favoritos de las historias de su abuelo.
• Aprendió el idioma Aklo a la edad de 6 años, gracias a su padre.

cthylla

HABILIDADESEmpatía animal: comunicarse con cualquier animal que les sea amistoso. Pueden darles pequeñas órdenes. La cantidad de animales que se pueden controlar depende del Rango y las características del animal.Metamorfósis: es capaz de transformarse en cualquier animal y de portar armas. Su tamaño transformada aumenta en el doble o incluso el triple, así como su Fuerza y Resistencia un 25%. Una vez transformada, adquiere la capacidad de mimetizarse con la naturaleza en un entorno vegetal.Savia venenosa: tiene el Poder de causar estados alterados (veneno, sueño, parálisis, etc) en su adversario, ya sea por medio de espinas, esporas o lo que la Dríade determine. El veneno debilita físicamente al infectado, haciendo que se agote más rápidamente de lo normal. Aun con ello, las criaturas no pueden morir por efecto de este veneno, debido a su control áurico. Los seres con Poderes curativos pueden eliminar los efectos de esta Savia, aunque en el caso del veneno y el sueño no pueden curarse a sí mismos.*Habilidades y trama a desarrollar.

Alexander Wayland
Edad: Entre 24 y 27 años.
Estudiante de literatura.
Ocupación: Historiador, investigador paranormal, seguidor de Lovecraft.
Habilidades: Se puede manifestar en sueños. Lo que él cree que son pesadillas en realidad son sueños ajenos. Detecta energías negativas.
FC: Daniel Sharman
Trama: otp a desarrollar, roles con toques de terror/lovecraftianos, battlerol, aus, etc.

Había crecido con la mente llena de historias fantásticas, cuentos de terror y un sinfín de personajes increíbles que, según su abuelo, habitaban no solo en la mente y libros de todo el mundo si no también en aquel bosque que se presentaba solamente a los ojos de los dignos. Por un lado, tenía la certeza de que su abuelo era una especie de ser supremo pues muchas veces hablaba en la soledad de su habitación. Parecía que Alexander quería creer en cuentos de hadas aun a sus 17 años de edad. Con el tiempo sus padres lo convencieron de que su abuelo tenia una fuerte enfermedad, un trastorno mental que lo hacía ver cosas donde no estaban, falsedades. Crueles acontecimientos que él se estaba inventando.
Su vida era una terrible mentira.
La universidad no fue para nada fácil. Estudiante de literatura y obsesionado con autores que hablaban de ciudades marinas, islas escondidas, universos invasores. Alexander no presentaba signos de que estuviese perdiendo la cabeza al igual que su abuelo pero si tenía todos los síntomas de no dejar ir las cosas, palabras, imaginación que su abuelo le inculco cuando chico.
Se interesó mucho por Julio Verne y Lovecraft. Creía, fielmente, que existía una secta que trataba de invocar a Cthulhu, despertarlo su letargo maldito y ofrecerse voluntario para su ejercito. Sabía que había muchas posibilidades de que la secta estuviese muy escondida en Rumania. Ahí fue donde descubrió o escuchó historias, leyendas, mitos acerca de una mujer que tenía aquella secta, quería traer algo de muy lejos del mar. Claro, esto siempre era una falsedad pues en cualquier lugar con poco tacto siempre ocurría este tipo de cosas. Alex, entusiasmado por la idea viajo, en tiempo de invierno, a este lugar donde descubrió escritos sobre dioses primigenios y sobre Cthylla. La hija de Cthulhu, la doncella escondida, la diosa secreta. La arma maldita del dios pues era la conquistadora de mundos cuando él, finalmente, muriera en aquel letargo maldito.
Pasaron los meses, un año y Alex jamás regresó a California. Había dejado toda su vida para dedicarse a escritos, investigaciones, expediciones. Con ayuda de gente que creía, fielmente, en la existencia de aquellos dioses, Alex dedico todo un año a buscar un algo pero lo que encontró lo dejó perplejo. Había escuchado de portales en cuevas, gente hablaba en idiomas extraños después de que afirmaban haberse encontrado con esta mujer que los llevaba a un mundo de putrefacción y atrocidades. Un mundo donde muros se alzaban y las criaturas se deslizaban, alabando a su diosa. Ahí, en lo alto de un gran monte, se encontraba ella. Rasgos humanos, voz de mujer y una belleza inigualable pero con una crueldad que la hacía pudrirse en tanta hermosura.
Tres meses después había descubierto que los sucesos siempre ocurrían en el bosque, en diferentes puntos del bosque pero jamás se situaban en medio de estos. Con mapa y una gran mochila, Alex tomó el camino de hacerlo él mismo. Tardó 5 días en llegar al lugar, era un hermoso lugar. La naturaleza estaba mas frondosa ahí, la fauna era la misma pero con una energía extraña y el sol no daba del todo. La oscuridad era la que reinaba aunque tal vez era la frondosidad de los arboles que cubrían el cielo. No sabía. Pero ahí, frente a él, se encontraba la casa de aquella chica morena la cual estaba sentada en las escaleras, observando al cielo. Ese fue el primer contacto de Alex y Cthylla, aun cuando él no sabía quien era.
10 horas mas tarde.
Se había despertado en casa, en su cama. Con un fuerte dolor de cabeza y un cansancio exagerado. Un sueño horrible y una fiebre que lo iba a mantener días o semanas en cama. El sueño era aterrador, los ojos de aquel enorme ser parecían querer consumirlo y en el fondo de todo, estaba ella. Jamás iba a olvidar ese rostro. Al día siguiente ya estaba contando la historia pero todos le aseguraron que era exceso de trabajo, estaba totalmente débil y la fiebre le hacía soñar cosas de ese tipo. Alex comenzaba a creer que su madre tenía razón, su abuelo estaba mal y él parecía estarlo igual pero tres semanas después algo le hizo cambiar todo. Mientras salía a caminar, tarde por la noche, entre el bosque una mujer se perdía y aun cuando no decidió seguirla, sabía que era ella. La mujer del sueño, sabía que era Cthylla. La hija de Cthulhu. Ella sería la clave para despertar al Dios Primigenio y demostrar que todo lo que su abuelo contaba, que todo lo que Lovecraft escribía era verdad. Alex iba a entrar en un letargo de problemas y trampas, de guerras y confusiones pero sobre todo, en la mente de Lorette la cual era un peligro incluso para ella misma.